Una sucesión de episodios difíciles de entender terminaron en el último día del año pasado con un pago en efectivo por parte de Montevideo Refrescos a la Intendencia, por un valor de dos millones de pesos, que terminó saldando una deuda que se estimaba superior a los siete millones por concepto de tasa bromatológica.
Las impugnaciones de la empresa en cuanto al carácter inconstitucional del impuesto y los sucesivos cambios que la Intendencia hizo en el presupuesto, dieron lugar a instancias judiciales que ahora quedarían saldadas por una cifra mucho menor a la que la empresa estaba debiendo.
De cualquier manera ediles del Partido Nacional y del Partido Colorado se han opuesto fuertemente tanto a la salida encontrada como a la de la propia aplicación de la tasa bromatológica, indicando que la misma es excesiva y que además la Intendencia no ha cumplido nunca con la finalidad específica que tiene el impuesto y que es la de controlar la higiene y manipulación de alimentos en beneficio de los vecinos.
El cuestionamiento atribuye el cobro a un afán meramente recaudador de la Intendencia que ya se ha expresado en otros impuestos como la Tasa de Alumbrado Público y el Impuesto a los Baldíos.
Montevideo Refrescos está representado en Río Negro por la firma RAVELONR y el tema dio lugar a más de una reunión de ediles con representantes del Ejecutivo Departamental.
Dentro del Frente Amplio, aunque hubo disidencia de dos curules, se habría alcanzado el compromiso para votar afirmativamente en la próxima reunión por la validez del acuerdo que en los hechos ya se verificó a fin del año pasado.
Desde el Partido Colorado se argumentó que la instancia debió haber ocurrido al revés, siendo fundamental la autorización de la Junta, para que luego la Intendencia tuviera potestades para suscribirlo.
Las cifras que se manejan tienen fuertes diferencias. En algunas oportunidades se habla de $ 4.590.000, en otras de $ 6.000.000 y en otras de $ 7.300.000.